Aquí falta algo, quién sabe qué
no veo en tus ojos,
la mirada de ayer.
Te siento tan lejos,
no sabes fingir,
mi voz no te toca
ya no sé qué decir.
El destino a veces juega así
nos seduce lentamente
sin saber me enamoré de ti
como un niño de un juguete.
Y te quiero
sin razones para entender
sin medidas, por entero
sin mentiras para esconder
inevitablemente amor.
Castillos de nada