Con las manos amasando el barro
Sentada en el suelo mataquita ollera
Su mataco pitando un cigarro
Y tocando bajito un pimpim con su quena.
Así pasan semanas enteras
Amalaya volvieran los tiempos
Que el indio mataco en su suelo vivía
Ya no más hay ceniza en los toldos
Donde San Francisco, él los bendecía.
Ya está vieja la pobre Azucena