Letra de
La casa vieja

Tras el pálido umbral
la casa vieja
se ha quedado al final
callada y quieta.
Ni llamando a su aldaba
habrá respuesta
nadie queda que venga
a abrir la puerta.
Aunque ya nunca más
regrese a ella
ella siempre será
mi casa vieja.
Quién me puede quitar
esta certeza
fue mi único hogar
A casa vieja