La tristeza invadía su alma,
se acercaba la muerte,
no encontraba la calma,
se sentía angustiado,
la agonía había comenzado.
Era tanto el dolor,
se hizo ofrenda
aceptando sufrir
por un pueblo pecador.
Era tanto el valor,
tan grande la entrega
enfrentando morir
como prueba de su amor.
Y mírame a mi,
renegando ante la dificultad
quejándome ante la enfermedad
Y mírame a mi,
reprochándote ante la necesidad
juzgándote ante la adversidad
si tu lo diste todo por mi
que más puedo yo pedir
hágase tu voluntad en mi.
Tres amigos le acompañaban
pero El camina adelante