Una Mujer herida
Se presentó ante Él
Lloraba sin medida
Ni su propio dolor le importó
No quiso evitar el desprecio
Con valor se acercó
En los ojos de quien la juzgaba
Ni una sola palabra, y se le postró
Jesús
Jesús
ese es mi aliento
Jesús
Jesús
Será lo último que diré.
La más bella fragancia
Anhelaba frotar en Él
Su corazón derretido
Vio a Jesús y la perdonó
Nada más en el mundo;
No dejaba de pensar en Él;
Cuánto le costó su condición,
Jesús
Jesús
ese es mi aliento
Jesús
Jesús
Será lo último que diré.