Todo comenzó,
allá en el Edén;
"No es bueno que
el hombre solo esté,
le haré una ayuda idónea,
sólo para él"
Y formó a la mujer,
hueso de mis huesos,
carne de mi carne,
siempre te amaré.
Y formó a la mujer;
eres vaso frágil
que Dios ha creado,
¡yo te cuidaré!
Hombre y mujer.
El tiempo pasó,
solitario me encontraba yo;
una bella mujer a mi lado
el Señor me envió.
Tú eres la mujer,
mi esposa, mi amada eres tú;
en las buenas y malas contigo
siempre yo estaré.