Yo era el portero del edificio treinta y dos,
tú eras la burguesa, la princesa del penthouse,
así lo quiso Dios
Te saludaba con mi cara de asustado,
mientras le pedía a Dios que se tapara el excusado,
para irte a echar un vistazo,
o que te mandara al supermercado
para ayudarte a cargar lo del mandadoo
Fui testigo mudo de tus fiestas y aventuras,
Estás acabando con el edificio,
chica del penthouse,
y con toda la ciudad
Estás acabando con el edificio,