Vinieron en tardes serenas de estío
cruzando los aires con vuelo veloz
y en tibios aleros formaro sus nidos,
sus nidos formaron piando de amor.
Qué blancos sus pechos, sus alas qué inquietas
qué inquietas y leves abriéndose en cruz,
y cómo alegraban las tardes aquellas,
las tardes aquellas bañadas de luz.
Así en la mañana jovial de mi vida
vinieron en alas de la juventud,
amores y ensueños como golondrinas,
como golondrinas bañadas de luz.
Mas trajo el invierno su niebla sombría
la rubia mañana llorosa se fue
se fueron los sueños y las golondrinas,
y las golondrinas se fueron también.