Cada vez que me pierdo entre la gente
y creo verte en el tímido brillo de unos lentes,
ya no sé si estoy alucinando una vez más
o es que sólo te sigo soñando que estás donde no estás,
Cada vez que te culpo te perdono,
y te busco y una vez que te encuentro te abandono,
y es que no sé mentir todavía cuando creo que miento,
y no dejo de hacer poesía cuando sueño tu encuentro.
Te encuentro en los espejos, en los charcos de la acera,
en los libros de un amor de colegial,
y en la cicatriz de un puente de madera,
en el frío río de la lluvia en un portal.
Estás en los letreros de los cines y en las vidrieras,
y en los bancos de los parques sin pintar,
y en la soledad de una gasolinera,
y en los árboles de toda esta ciudad.