Un charco de angustia donde caes,
más pronto que tarde.
Mis ojos de cera,
lloran por mi y me recuerdan,
que esta vida es una celda
de la que tengo que salir
Espíritus en mi refugio,
mi alma se hace un nudo,
cuando con su magia
intentan destruir mi mundo
Mi cárcel de agua
se derrite en cada sueño.
Sus muros de lluvia,
los rompo a cada grito.
Entrañas de vida
que iluminan mi destierro.
Miradas asesinas
que taladran mi celebro.
Pisare mi nombre,
en busca de la libertad,
que vuestra amargura
siempre me quiso negar.
Domare tormentas,
cruzare huracanes,
para por fin poder liberarme