entonces
no existía está pena
ni la ingrata condena
de mirar hacia atrás
entonces
yo tenía sólo el horizonte
la mirada de los que no temen
enfrentarse al espejo
donde duermen los sueños
malnacidos para volar
este tren que ahora me devuelve
entonces
no existía está pena
ni la ingrata condena
de mirar hacia atrás
entonces
yo tenía sólo el horizonte
la mirada de los que no temen
enfrentarse al espejo
donde duermen los sueños
malnacidos para volar
este tren que ahora me devuelve