No había nadie en la calle.
La Habana estaba vacía.
Sólo el guardia del barrio
con su vieja linterna china.
Cuando se oyó un gran ruido
debajo del asfalto,
y se abrió en dos pedazos
mientras nacía un árbol.
Eran ramas enormes
La negra dijo que el chango
nos había mandado el castigo
y el viejo dijo que quizás
era otro invento del enemigo.
Lo cierto es que aquel árbol
causó tanta sorpresa
que nadie imaginó el final.
A A mañana llegaron
La negra dijo que el chango
nos había mandado el castigo
y el viejo dijo que quizás
era otro invento del enemigo.
Lo cierto es que aquel árbol
causó tanta sorpresa
que nadie imaginó el final.
Llegaron los arquitectos
La negra dijo que el chango
nos había mandado el castigo
y el viejo dijo que quizás
era otro invento del enemigo.
Lo cierto es que aquel árbol
causó tanta sorpresa
que nadie imaginó el final.