Cuando pasan los días
de un triste calendario
colgado en la pared de la ignominia,
pesa el frío y los años,
los marchitos momentos,
la cruda realidad, la lejanía.
El ayer, los recuerdos,
llegan sin anunciarse
y se instalan en oscuros recovecos.
Corazones distantes,
almas que no se encuentran
y vagan entre el espacio y el tiempo.
Se han rendido al desprecio,
se han manchado las manos,
maldicen en silencio con la luna menguando,
contando cicatrices, recuento de los daños.
Y se han dicho uno al otro
el culpable tú has sido,
los que eran amantes ahora son enemigos
y entre el ruido y las cosas descubrieron
que no renacen las rosas.
Se han rendido al desprecio,
se han manchado las manos,
maldicen en silencio con la luna menguando,
contando cicatrices, recuento de los daños.
Y se han dicho uno al otro
el culpable tú has sido,
los que eran amantes ahora son enemigos
y entre el ruido y las cosas descubrieron
que no renacen las rosas.