Ha llegado muy ufana,
la primavera florida,
alegrándonos la vida,
su esplendorosa mañana.
Se despierta la gramilla,
despereza su apatía,
bebiendo la poesía,
que aletea por doquier.
En un dulce amanecer,
en mi Valle de Punilla.
La escarcha blanca humillada,
celosa de sus colores,