¡Qué ganas de llorar en esta tarde gris!
En su repiquetear la lluvia habla de ti,
remordimiento de saber
que por mi culpa nunca, vida, nunca te veré.
Mis ojos al cerrar te ven igual que ayer
temblando al implorar de nuevo mi querer
y hoy es tu voz que vuelve a mí
en esta tarde gris.
Ven, triste me decías, en esta soledad
no puede más el alma mía, ven
y apiádate de mi dolor,
que estoy cansado de llorarte, sufrir y esperarte
y hablar siempre a solas con mi corazón.
Ven, pues te quiero tanto,
que si no vienes hoy voy a quedar ahogado en llanto, no,
no puede ser que viva así con este amor clavado en mí,
como una maldición.
Ven, pues te quiero tanto,
que si no vienes hoy voy a quedar ahogado en llanto, no,
no puede ser que viva así con este amor clavado en mí,
como una maldición.