El pueblo salvadoreño tiene el cielo por sombrero,
tan alta es su dignidad, en la busqueda del tiempo,
en que florezca la tierra por los que han ido cayendo,
en que venga la alegria a lavar el sufrimiento,
en que venga la alegria a lavar el sufrimiento.
Dale que la marcha es lenta pero sigue siendo marcha
dale que empujando el sol se acerca la madrugada
dale que la lucha tuya es pura como una muchacha
cuando se entrega al amor con el alma liberada.
/Y dale salvadoreño, dale
que no hay pajaro pequeño, dale
que despues de alzar el vuelo, dale
se detenga en su volar./
Al verde que yo le canto es el color de tus maizales
no al verde de las boinas de matanzas tropicales
Hermano salvadoreño viva tu sombrero azul
dale que tu limpia sangre germinara sobre el mar