Donde nos llevo la imaginación,
donde con los ojos cerrados,
se divisan infinitos campos.
Donde se creo la primera luz,
junto a la semilla del cielo azul,
volveré a ese lugar donde nací.
De sol, espiga y deseo,
son sus manos en mi pelo,
de nieve, huracán y abismos,
el sitio de mis recreo.
Viento que en su murmullo parece hablar,
mueve el mundo con gracia los ves bailar,
y con él el escenario de mi hogar.
Mar bandeja de plata, mar infernal,
es un temperamento muy natural,
poco o nada cuesta ser uno más.
De sol, espiga y deseo,
son sus manos en mi pelo,
de nieve, huracán y abismos,
el sitio de mis recreo.
Silecio, brisa y cordura,
dan aliento a mi locura,
hay nieve, hay fuego, deseo,
allí donde me recreo.