Éramos cuatro distintos e iguales,
junto a la fogata
Mientras que afuera pasaba el invierno,
Uno soñaba con huesos eternos;
Otro con pájaros de terciopelo
Y tú y yo nos amábamos
Éramos cuatro, uno para todos
todos para uno
Hasta que un quinto llegó de improviso,
Te habló al oído de algún paraiso
Tú le creiste y nos dijiste adiós.
Y nos quedamos solos: el perro, el gato e yo.
Solos: el perro, el gato e yo,
Llorando por tu amor
Bajo la luz de la luna.
El perro, sin nadie a quien ladrar;
El gato, sin nadie a quien maullar
Y yo, bailando con mi soledad!
Y solos el perro, el gato y yo,
Llorando por tu amor,
Más solos que la soledad.
Éramos cuatro