Luciendo un chambergo el cantor
cruza la llanura la gentil figura
de la tradición, el payador.
Prendido en su chinchiipá
lleva rosetones de los corazones
de las que rindió con su cantar.
Si alguna le mira al pasar,
la guitarra llora y a la que enamora
pronto ve rendido su señor.
Y hasta hacerla suspirar con acento arrullador,
dulce la canción entona, el payador.
Clavel de amor,
florecita de mayo, soy tu payador,
jamás podré vivir sin tus halagos de amor moriré.
Te haré feliz,
mi alma ya no llora al decirte que sí,
sumido en el dolor
quisiera ser tu dueño, soy tu payador.
Después que ha logrado el amor
de su prenda amada, la flor deshojada
con un triste adiós se va el cantor.
Errante en su pinto trotón
cruza la llanura la gentil figura
de la tradición, el payador.
Si alguna le niega su amor
otra chica linda de boca de guinda
con su cubresol le ha de mirar
y hasta hacerla suspirar, con acento arrullador
dulce la canción entona, el payador.