Hubiera preferido perder en batalla, a mi alma,
que perderte a ti.
Te hubiera regalado mi ración de aire
y aunque es tarde respirar por ti.
Si hubiera dicho todo y sin guardarme nada,
me asustaba no decirlo bien.
Si hubiera la manera de cambiarlo todo,
o algún modo de volar al ayer
Pero no, no existe. El hubiera no existe,
sólo queda la continuación.
Y aunque me arrepienta, no hay boleto de vuelta
para ir a pedirte perdón.
Te hubiera dado abrazos mucho más eternos.
Sin movernos sólo imaginar