Letra de
El Café de Nicanor

La noche que Guillermina, no contenta con la patria potestad y el ático en Concha Espina,
quiso el Volvo en propiedad, tirado en una cuneta
me desperté, a dos leguas de El Café, con una maleta al hombro
lleno de escombros y un bollo de pan de ayer.
'Le hemos echado de menos' me dijo el bueno del barman que me sirvió, vaso largo y con limón,
la mismo copa de ron que, el lunes va a hacer un año,
me dejó en el mostrador. Después de pagar dos rondas (tres, contando la del baño)
recuperé, entre la condesa y Julio, mi escaño de contertulio,
mi carné de fundador de la mesa más redonda de El Café de Nicanor.
Estaban Gámez el astronauta, Gastón el flauta, Mari la tetas, el novillero poeta con su mujer,
el pobre don Agapito y un camellito sin dientes paisano de un primo hermano de algún pariente lejano
de Ana Belén.
Asociado en sociedad con tales socios, se pueden imaginar se pueden imaginar
que los amores van mal, la salud ni fu ni fa y no ven bien los negocios.
Se nos sube a la cabeza la espuma de una tristeza crepuscular, el óxido de los días,
los utopías con hielo, el azul galimatías del cielo según san Juan,
un calcetín con tomate y el último disparate de Nicanor,
que cuando le preguntaron si había estado enamorado, como es un hombre sincero,
“yo, no señor -contestó-, yo siempre fui camarero'.
Estaban Gámez el astronauta, Gastón el flauta, Mari la tetas, el novillero poeta con su mujer,
el pobre don Agapito y un camellito sin dientes sobrino de un primo hermano de algún pariente asturiano
de Víctor Manuel.
Asociado en sociedad con tales socios, se pueden imaginar se pueden imaginar
que los amores van mal, la salud ni hablar y no ven bien los negocios.
Asociado en sociedad con tales socios, se pueden imaginar se pueden imaginar
que los amores van mal, la salud Marichalar y no ven bien los negocios.
la mano izquierda y tocarlos con cejilla (no al aire)