Por los senderos de mi destino
vagaba triste con mi dolor,
cuando en las sombras tú apareciste
como divino rayo de sol.
Dios te bendiga porque en mi vida,
llena de abrojos y de dolor,
eres el rayo de sol que ahuyenta
mis negras sombras con su fulgor.
Y si mañana de mí te alejas
oirás que enmedio de mi dolor
te dirá mi alma, siempre amorosa,
Dios te bendiga, rayo de sol.