Cuando tenía sólo dieciocho
llegaba a Buenos Aires
era marzo de neblinas
del tren bajé temblando
parecíamos todos del mismo barro
Los almendros saludaban
al último gran verano
Dónde quedó, esa canción
quizás adentro del corazón.
Todavía quedaba algo
del libro de primer grado
Nunca creímos todo lo que nos pasó.