De vez en vez que bueno es
dejarle la rienda suelta
al potro de la ilusión
y cabalgar sin un rumbo
marcado a disposición.
De vez en vez que bueno es
abrir las alas al viento
y volar sin dirección
sin pensar en consecuencias
nacidas de algún temor.
De vez en vez que bueno es
abrir los brazos amantes
a una mujer que no es
ni tu amiga ni tu amante
pero que te quiere bien.
De vez en vez que bueno es
levar las anclas del puerto
y hacia otro mar navegar
para romper la rutina
en brazos de libertad.
De vez en vez que bueno es
atravesar los umbrales
de amores sin estrenar
y andar los rumbos distantes
sin miedo de fracasar.
De vez en vez que bueno es
olvidarse de las cosas
que nos dieron un revés
abollándonos el alma
de vez en vez, que bueno es.