Ahora sólo me queda
buscarme de amante
la respiración,
no mirar a los mapas,
seguir en mí mismo,
no andar ciertas calles,
olvidar que fue mío
una vez cierto libro,
o hacer la canción,
la ciudad, los amigos y el mar
esperando por tí,
esperando por tí.
Sigo oyendo a Teté