Porque no tienes ya pies
que recorran caminos,
avanza hoy, Señor,
si quieres con los míos.
Porque no pueden tu ojos
acariciar el mundo,
contempla, observa y ama
tomando mi mirada.
Porque hoy no tienes labios
que griten tu palabra,
aquí tienes los míos
tu boca prolongada.
Porque no viven tus manos
para dejar la tierra transformada,
trabaja con las mías y déjalas gastadas.
Y porque sé que vive
tu corazón abierto en herida enamorada,
colócalo en el sitio en que me faltas
y prolonga en mi sentir tus sentimientos,
tus huellas, tus manos, tus labios y tu mirada.
Y a través de mi vida en mi jornada,
prolonga mi misión temporal
que en tu vida dejaste inacabada.
Con todo lo que soy como instrumento,
contempla hoy, Señor, habla, trabaja,
acaricia, camina, besa y ama.