I)
Llegaste a mi como llegué inocente en la mañana
pusiste el vértigo en mi sangre quieta con tu voz
palideció tu piel en la alborada tibia de tu sabia
y fue aquel beso que cubrió de mieses mi nostalgia.
Natura muerta por el frío inmenso de la nada
volví a vivir como si fuera un Lázaro ante Cristo
y eché a llorar como si fuera un loco,
como si fuera un cuerdo como lloran los hombres de amor.
Llegaste a mi como llegué inocente en la mañana
y en el retorno diario de aquel beso vivo así,
A RA A RA A RARARA A IRA
A RA A RA A RARARA A IRA
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