Debajo de mi mesa sudan los manteles,
si me echan las cortinas rompo los rieles,
y sube un martinete por las escaleras,
más fino que el coral para que tú me quieras,
y mientras tanto se va anegando el día,
resuena el fuelle con la mirá perdía,
y pongo el cazo para achicar porquería.
Si voy cuesta arriba, tú me agarras,
y otra vez le meto mano al suelo,
con saliva en los dedos, como los trileros,
y me llevas a coger chatarra
de ésa que hay tirada por tus sueños,
con un ojo en la espalda, como los trileros.
Si el cielo me ata corto, ladran los cuquéeles,
culeo, me encabrito, rompo los reteles,
Y esconde la sorna, el manró y los jurdeles,
si vienen los payos, los picos, las leyes,