Se detienen en las plazas
como esperando la noche
con los ojos fugitivos
y las sienes en desorden.
Un viento como una duda
les despeina el pensamiento
se confunden con la tarde
y ya no les queda cielo.
son los desconsolados
son los descarrilados
los desamados del amor.
Habitantes del olvido
pasajeros de la nada
pobladores del silencio
entristecido de las casas.
Son los desestimados
los desinteresados
los destinados al dolor.
la ciudad en ciudadanos
dobla su metamorfosis
noticiero iluminoso
automóvil y automóvil.
Pero los deshabitados
del consuelo desatienden
los semáforos (contrarios,
amarillos de su suerte)
Eran los desdichados
desnaturalizados.
son los desencantados sin reloj.