Letra de
Colombina

En el tumulto de los húsares de Momo,
encandilado por las luces de otro barrio,
aquel murguista saludando con su gorro,
se despedía, como siempre, del tablado.
Entre la nube de pintados chiquilines,
dudó si era para él la gentileza.
Y por si acaso dedicó una reverencia
a la muchacha que en la noche se quedaba.
En el momento de partir la bañadera,
volando un beso se posaba en su ventana.
Y paso a paso la ansiedad lo malhería,
Nuevamente la princesa se perdía entre la gente.
Que no se apague nunca el eco de los bombos,