Cinco atractivas damas y un bebé en una plaza
se deleitaban a viva voz jugando en las hamacas,
era una criatura tan hermosa que incitaba
a confudir deseos entre abrazos y miradas.
Ahogaban dulces pechos
su risa lánguida en placer
Perdido en medio de esa sensación me vi sentado ahí
imaginándome que todo me pasaba justo a mí
y sonreí.