Qué pesada estás con que te escriba una canción
No sabes vivir sin ser el centro de atención
Dices que se erizan tus pestañas con mi voz
Pero cuando vuelvo, hablas tú y escucho yo
Y aún así me has convencido, y hoy te escribo en el hotel
Llueve aquí en Chihuahua, y en tu corazón también
Nunca has entendido y yo tampoco me expliqué
Llora tu chihuahua y mi corazón también
Al final de curso
No me sacaste a bailar
Llora tú, Chihuahua
Y mi corazón, también