Quiso ganarle a la muerte,
Ganar la carrera diez años sin verla y no la alcanzó;
En una cruz de madera,
Colgó los zapatos blancos que el día de la boda él le prometió;
Alzó los ojos al cielo;
Y le gritaba te quiero soy el extranjero que al fin regresó;
Te traigo mucho dinero,
Dice la gente del pueblo que de tanto quererlo ella se murió;
Debajo de su retrato, tendió su bestido blanco,
Y ahogado en el llanto, su voz escuchó.
Otro diá por la mañana,