No tengo límites, trámites, márgenes, frenos, para soñar.
No tengo avión ni helicóptero ni hélice pero puedo volar.
Puedo elegirme una hora y un ojo abierto puedo dejar,
para soñar no necesito ser un dormido.
Que soy un intrépido, un éxito, el máximo amante de este lugar.
Pobre de aquel que no puede soñar
más allá de lo que le permita la publicidad.
Que me trague la tierra si yo con un radio reloj he soñado,
que me trague nomás si en lugar de tu amor
sueño un televisor en diez pagos.
Que me trague la tierra si yo e los sueños no dejo de lado
y la ley violadora de todas: la ley del mercado.
Inter: como Intro.