Y era que se le abultaba, el vientre y
la faja no daba pa más,
y era que todos en casa,
por aquel desmayo sospechaban ya,
y era que él no regresaba,
y los cinco meses no le cabían más.
Y era que él no regresaba,
y los cinco meses no le cabían más.
Y era que no había vestido, ni iglesia,
ni cura, sólo vaciedad . . .
Y era que Alicia lloraba
entre cuatro paredes, con su soledad. . .
Y era que Alicia lloraba
entre cuatro paredes, con su soledad. . .
Y era que todos de pronto,
le dieron la espalda, a la calle y jamás,
le dieron una caricia, y Alicia llorando,
salió del hogar,
Sólo lo que tenía puesto, y el hijo en el
vientre la vieron marchar.
Sólo lo que tenía puesto, y su hijo en el
vientre la hicieron marchar.
Y era que se abrió el capullo,
y los nueve meses florecieron ya . . .
Y era aquel hijo en los brazos,
De una madre joven, sin calor de hogar,
Y era que en cinco minutos,
Alicia estrechaba su felicidad.
Y era que en cinco minutos,
Alicia estrechaba su felicidad.