Hoy pude haber salido
a mendigar una oración
que me partiera el sol mayor
y el corazón con adjetivos,
hoy que tal vez era el momento
de enternecernos con lo mismo,
hoy me tragué todos mis versos
garigoleados y vacíos.
Hoy pude haber salido
a revivir la obligación
de hablar de quienes ya se han ido,
de los que quedan o de Dios,
de la mujer que no me ama,
o de la que nunca me amó,
de soledades, del silencio,
de las nubes y del maldito corazón.
Hoy quiero hablar de todo aquello
que por miedo nunca pude
o nunca quise retratar,
hoy intento ser la voz
de los anónimos inscritos
que sólo sueñan en soñar.
Hoy quiero hablar de mi país,
del que conocen y a menudo
se lamentan de tener,
de lo podrido del silencio
en la cabeza del poder,
el de las luchas sindicales
y los compadres secretarios
de las secretarias irreales.
Hoy quiero hablar de mi país
y de sus sueños de ascender
a la primera división,
del que lloró por J.C.
y revivió con el futbol
del que contento se cenó las amarguras
cuando el que sabe como hacerlo
pidió apretarse el cinturón
el de los ocho millones de desempleados
el de los veinticinco pobres millonarios.
Hoy quiero hablar de mi país,
de su cimiento y de sus hijos,
los que quizá en algunos años
seamos culpables del suicidio,
de este país bañado en llanto,
por los Caínes de sí mismos.
de esta nación sin supermanes,
sin Santa Claus ni rumbo fijo.
Hoy quiero hablar de mi país,
de sus cenizas y su olvido,
de la ficticia libertad
y sus famosos asesinos,
de la matanza el dos de octubre
y de las misas los domingos,
hoy quiero hablar de este país,
porque es el único que tengo
para heredarles a mis hijos.
Hoy quiero hablar de mi país,
me guste o no porque es el mío,
porque quizá este corazón
hoy decidió no ser el mismo,
porque deseo fervientemente,
sin esperar el milagrismo,
que supliquemos su perdón
y construyamos un destino.
Hoy quiero hablar de mi país
porque soy macho y bravucón,
porque en el fondo me revienta
lo que le pasa a esta nación,
porque aunque no vista de charro
también me duele su dolor,
hoy quiero hablar de este país,
porque quizá me dio la gana repetir
que como México no hay dos.
Hoy quiero hablar de mi país
sin el sonoro rugir del canon,
simplemente porque le amo
y esta es una canción de amor.