Cada paso y todas las caídas,
cada beso en cada despedida y cada herida,
cada noche que pasé olvidando todos los recuerdos
en cada lavabo y cada piel, me trajeron aquí,
donde yo quise estar, cantando.
Fui buscando aquella luz, casi la toqué, casi la toqué
me cegó al mirarla, me cegó. Me quemó la piel y el alma,
conocí a la muerte y escondí mi voz,
pero tuve suerte, descubrí el amor.
Lo gané, lo perdí, lo gocé, lo sufrí, a veces sí,
a veces ni lo vi, se escapó o no llegué,
lo rompí, lo pegué, y volver a volver
a volver a cometer cada error,
aprender del dolor y doler,
dolerle a quien me amó, dolerle a quien me amó.
Fui buscando aquella luz, casi la toqué, casi la toqué
me cegó al mirarla, me cegó, me quemó la piel y el alma,
conocí a la muerte y escondí mi voz,
pero tuve suerte, descubrí el amor.