No te oí
En los días del silencio atronador.
No te oí junto a las madres del dolor,
no sonaste ni de lejos, por los chicos, por los viejos
olvidados.
No te oí
Puede ser que ya no estoy oyendo bien,
pero al borde de las rutas de Neuquén,
no te oí mientras mataban por la espalda a mi maestro.
Y entre nuestros cantos desaparecidos
yo jamás oí el sonido de tu tapa resistente,
que resiste comprender que hay tanta gente
que en sus pobres recipientes solo guarda una ilusión.
Cacerola de teflón, volvé al estante,
que la calle es de las ollas militantes
Con valiente aroma de olla popular.
Cacerola de teflón, a los bazares,
o a sonar con los tambores militares
Como tantas veces te escuché sonar.
Como tantas veces te escuché sonar.
No te oí
Cuando el ruido de las fábricas paró,