Bendito es el Señor, nuestro Dios,
que visita y redime a su pueblo.
Su presencia está viva en nosotros,
su promesa perdura en el tiempo.
1. Él será Salvador de los hombres,
nos libera de toda opresión
manteniendo vigente en nosotros
la palabra que Él mismo nos dio.
2. El Señor quiere vernos alegres,