Bendeciré al Señor a todas horas.
No cesara mi boca de alabarlo.
Yo me siento orgulloso del Señor.
Que se alegre su pueblo al escucharlo.
Los ojos del Señor cuidan al justo,
Y a su clamor están atentos sus oídos.
Contra el malvado, en cambio, está el Señor,
Para borrar de la tierra su recuerdo.
Escucha el Señor al hombre justo,
Y lo libra de todas sus congojas.
El señor no está lejos de sus fieles
Y levanta a las almas abatidas.
Muchas tribulaciones pasa el justo,
Pero de todas ellas Dios lo libra.
Por los huesos del justo vela Dios,
Sin dejar que ninguno se le quiebre.
Salva el Señor la vida de sus siervos;
No morirá quienes en él esperan