Quizás me fuera necesario anoche
tomar la inútil decisión de verte,
así sea en el centro de la noche,
así sea en el centro de la muerte.
Mi corazón es un caballo alado,
mi decisión es una espada amarga,
yo volveré a buscar lo más amado,
pese a la incertidumbre que me embarga.
Arriesgaré la piel por un encuentro
aunque paguemos caro los engaños
porque la vida es un instante dentro
de la perdida inmensidad de este año.
Año de espera y año sin memoria
que no quisiera prolongar en celo
entre el cuchillo de tus dos historias
y las heridas de mis dos desvelos.
Mi corazón es un caballo alado,