En el alto campanario de la iglesia donde rezo,
me arrodillo ante la imagen de la estirpe nacional,
y el mandato de los dioses que bajaron del Olimpo,
canto al gaucho, porque el gaucho es principio y es final.
Yo no sé de verbos altos, voy con rumbo al horizonte,
Soy el viento que en la pampa habla fuerte con el monte,
cuando besa las cuchillas y va arriando el temporal,