Pienso que estar por afuera
no es como estar por las calles
y caminar aunque llueva
para buscarte esta tarde,
aunque yo sepa de sobra
que nunca llamas
y que has quedado casi un año
en un desván deshabitado,
como hiciste en septiembre
cada vez que yo salía,
tus escapadas al cielo,
tus vacaciones de lo nuestro,
como en los años 90,
todo eran telediarios,
informativos contrastados,
muchas versiones de algo
reducidas a cenizas,
son los problemas de siempre.
Aunque no quieras mirarme,
vas a tener que escucharme,
no me consuelo con poco,
vas a tener que estirarte.
No consigo contenerme,
voy a tener que romperte.
Son estos días
los que me sacan de quicio,
colas llenas de personas
esperando en las paradas.
Y te elijo, y te persigo,
y te espío sin sentido.