Soy un pobre conductor que te ha querido
y con toda la extensión de mi cariño,
hoy me encuentro llorando como un niño
a mitad de mi camino accidentado,
a la espera de la chispa de tu amor.
Y si algun dia llegaré a desbarrancarme
porque faltaron las luces de tus ojos,
recoje mi gorrita y mis anteojos,
para que asi no puedas olvidarme.
A mi alma le falla una bujia