Andaba por los cuarenta
la rosa de Peñaflor,
señora de escudo y renta,
hermosa y sin un amor.
Y de pronto un día cambió de peinao, cambió de peinao,
y la vio to el pueblo salir al zaguán
a decirle adioses a un niño tostao, a un niño tostao,
que partió a galope sobre su alazán.
(Inicio estribillo)
Amantes de abril y mayo,
morena de mi pasión.
Te llevo como a caballo
sentada en mi corazón.
Me están doliendo los centros
de tanto quererte a ti.
Me corre venas adentro
tu amor de mayo y abril.
Desde los pies a la boca,
que aprendan todas de mí, ay ay de mí.
A querer como las locas.
(Fin estribillo)
Hablaron más de la cuenta
las niñas de Peñaflor.
Que si ella tiene cuarenta
y que él solo veintidós
Pero contra el viento de la comidilla, de la comidilla,
y a pesar del tango de lo de la edad,
la vieron casada salir de mantilla, salir de mantilla,
con aquel mocito de la catedral.
ESTRIBILLO (Bis)
A querer como las locas.
A querer como las locas.