Nos perdimos juntos un día cualquiera,
nos abandonamos del horizonte
sin relojes, brújulas, ni escaleras,
sin más país que la impaciencia.
Violamos el tiempo guitarra a cuestas,
deshojando el álamo de la noche,
bebiéndole siglos a cada huella
sin más país que la inocencia.
Creo en el amor que llega
desnudándose en su coche,
creo en el amor que espera
y sabe atrapar la noche.
Cuando la tierra se ha cansado,
cuando la soledad nos cuesta,
cuando ya nadie se sorprende
alguien me espera
serenamente así (bis)