Conservo yo recuerdos, ingratos del pasado
que me legara un día la pérfida mujer
de escultural figura, y corazón malvado
la que dejara huellas profundas en mi ser.
A pesar de lo ingrato, mi alma no la olvida
y el corazón la siente profundamente hoy
porque ella ha sido siempre la eterna preferida,
y que hoy por su cariño amargamente estoy.
II
Era, el sueño de mi vida
la juventud perdida
en pos de una mujer,
y sin embargo, mi pecho dolorido
tan solo busca olvido
como anhelo postrer.
Y sin embargo, mi pecho dolorido
tan solo busca olvido
como anhelo postrer.
III