La fiebre de un sábado azul
y un domingo sin tristezas.
Esquivas a tu corazón
y destrozas tu cabeza.
Y en tu voz, sólo un pálido adiós
y el reloj en tu puño marcó las 3.
El sueño de un sol y de un mar
La fiebre de un sábado azul
y un domingo sin tristezas.
Esquivas a tu corazón
y destrozas tu cabeza.
Y en tu voz, sólo un pálido adiós
y el reloj en tu puño marcó las 3.
El sueño de un sol y de un mar