Anduve por los bares aquellas navidades
y la esperanza entraba en un cajón
de venta de garaje, los que se iban de viaje
se despedían por liquidación.
El ángel prematuro volaba sin seguro sobre las ruinas de la gran ciudad
cartones de embalaje valiendo su gramaje tracción a sangre sin desayunar.
Llenaban las petacas con vodka y matarratas los pibes y salían sin dudar
raspaban las navajas contra las persianas bajas y se caían antes de robar.
Los reyes del mercado, good bye en castellano venían a cobrar la recompensa
las tapas de revistas te hacían bajar la vista para no suicidarte de vergüenza.
Los huesos del mendigo rodaban sin sentido por la escalera de la Catedral
colmados los albergues al pie del fuego verde mirando sin saber dónde mirar.
Ya va a cerrar el almacén,
en la libreta de poeta que te anoten lo de hoy con lo de ayer.
Tal para cual tinta y papel
¿a dónde quedan los caídos del sistema cuando cambian el mantel?
Al tema del verano apenas lo bailaron desolación de paro general.
Bandera arrodillada y acampe en la embajada cien dólares el agua mineral.
La rabia sin sordina mordía la banquina cansada de las almas de cristal.
Cadenas de hamburguesas, delirios de tristeza, cinematografía sepulcral.
La vieja marquesina anuncia que termina con éxito la gira nacional
y parece mentira la luz que la ilumina es la sirena de la Federal.
Ya va a cerrar el almacén,
en la libreta de poeta que te anoten lo de hoy con lo de ayer.
Tal para cual lienzo y pincel
¿a dónde quedan los caídos del sistema de la Torre de Babel?.