Sentado sobre un banco, un hombre y una luz esperan;
y recorren sus manos veloces diapasón y cuerda.
Prepara la garganta y hay algo que le quema dentro;
de su guitarra esperan ciclones y sueños.
Le cambia la mirada cuando se anuncia la tercera,
el aplauso le llama, y busca un tono en la cabeza;
tendrá que darlo todo, como lo dio al primer intento,
en que valiente y loco gritaba su empeño.
// Iba cantando, es una estrella más;
de las de lo alto, no las del canal.
Subió despacio y nadie logrará
de donde brilla descolgarlo//
En la canción se esmera, y no en los trucos de color.
El negro de su prenda es luto por los perdedores;
los que cambiaron todo, sólo por verse en la pantalla.
Pero al salir de foco perdieron las caras.